Mujer en el baño, inspirada en alguna secuencia sacada de un
folletín amoroso, está pintada con un cromatismo elemental de colores
primarios, azul, amarillo y rojo, aplicados con los característicos
puntos benday. La visión del rostro y las manos de la mujer en
el agua, con los perfiles delimitados por unas gruesas líneas negras
sobre un fondo blanco, destacan sobre la estática geometría de la pared
de azulejos del fondo. En este tema, tan frecuente en la historia del
arte en forma de "Baño de Venus", Lichtenstein, uno de los artistas que
en la década de los años sesenta reaccionaron contra el lenguaje del
expresionismo abstracto e iniciaron el movimiento pop, logra transformar
las apariencias al sustituir la reproducción mecánica del cómic por el
trabajo manual del pintor.